sábado, 14 de abril de 2012

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-¿te gustan?-me dijo avergonzado.
-Sí, están muy ricos, el orégano le dio un toque especial.
-No lleva orégano.
Acabo de meter la pata hasta el fondo. Que vergüenza.
-No te preocupes-dijo- todo el mundo comete un error.
-Gracias.
-Ya te he dicho que no debes dar las gracias por todo.
-Lo siento.
-Tampoco me debes pedir disculpas continuamente.
Los dos sonreímos a la vez. Me cae cada vez mejor. Además tiene un gusto exquisito.
-¿Qué tal te van las clases?
-Pues todas bien menos sociales.
Rio durante treinta segundos sin parar.
-¿Por qué dices eso?-me preguntó cuando terminó el chiste.
-Lo dije de broma, de momento solo tengo problemas en física y química. Es diferente, no había tenido esa asignatura hasta este año y yo de mayor no me voy a dedicar a eso preferentemente. Así que no entiendo porqué tengo que estudiarlo.
-Son principios básicos. Yo tampoco quería estudiar matemáticas y tuve que hacerlo. Es la ley y...
-Contra ella no se lucha- terminé la frase.

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